sábado, 21 de marzo de 2009

Por una vida más frugal

En el origen de la grave crisis actual hay una nueva manifestación de la desmesura, de la búsqueda infinita de omnipotencia. Las empresas y entidades financieras han estado persiguiendo obtener unos beneficios en crecimiento perpetuo. En esta búsqueda incesante del "cada vez más", los mercados existentes no bastaban, y hubo que crear mercados incluso donde no existían. Las consecuencias de todo ello en la economía real serán por desgracia de amplio alcance, y afectarán especialmente a los más débiles. Como consecuencia de esta crisis, la mayoría de nuestros dirigentes, antes neoliberales, de repente parecen haber descubierto a Lord Keynes. Pues bien, ¿qué es lo que Keynes nos dice? "La dificultad no es tanto concebir nuevas ideas como saber librarse de las antiguas".

Eso es lo que pretende el movimiento del "decrecimiento", que propone una crítica constructiva, argumentada, pluridisciplinar, de rechazo de los límites que constriñen nuestras sociedades contemporáneas, para así poder liberarnos de ese "cada vez más". La filosofía del decrecimiento trata de explicar que en muchas ocasiones "menos es más".

¿Qué es exactamente lo que está ocurriendo en nuestros días? No estamos padeciendo una crisis sino un conjunto de ellas: crisis ecológica (energética, climática, pérdida de la biodiversidad, etcétera); crisis social (individual y colectiva, aumento de las desigualdades entre las naciones y en el seno de las mismas, etcétera); crisis cultural (inversión de valores, pérdida de referentes y de las identidades, etcétera); a lo que ahora se añade la doble crisis financiera y económica. Todas ellas no son crisis aisladas, sino más bien el resultado de un problema estructural, sistémico: cuyo origen está en la desmesura, en la búsqueda obsesiva del "cada vez más".

¿Qué se puede decir sobre la crisis económica desde el punto de vista de quienes somos "objetores al crecimiento"? Que nadie se equivoque, porque decrecimiento no es sinónimo de recesión. Tal como escribí hace más de dos años: "No hay que elegir entre crecimiento o decrecimiento, sino más bien entre decrecimiento y recesión. Si las condiciones ambientales, sociales y humanas impiden que siga el crecimiento, debemos anticiparnos y cambiar de dirección. Si no lo hacemos, lo que nos espera es la recesión y el caos".

Ahora hemos entrado en recesión, pero que nadie se confunda, no en una sociedad de "decrecimiento". Para empezar, no hemos cambiado nuestra organización social, y en la actual organización todas las instituciones y mecanismos redistributivos se nutren de la idea del crecimiento. En una sociedad así, cuando el crecimiento falta, la situación es inevitablemente dramática. El decrecimiento es algo totalmente distinto. Significa crecer en humanidad, esto es, teniendo en cuenta todas las dimensiones que constituyen la riqueza de la vida humana.

El decrecimiento no es un crecimiento negativo, ni propugna tampoco una recesión ni una depresión; sería ridículo tomar nuestro sistema actual y ponerlo del revés y de esa manera intentar superarlo. El decrecimiento supone que debemos desacostumbrarnos a nuestra adicción al crecimiento, descolonizar nuestro imaginario de la ideología productivista, que está desconectada del progreso humano y social. El proyecto del decrecimiento pasa por un cambio de paradigma, de criterios, por una profunda modificación de las instituciones y un mejor reparto de la riqueza.

Es claro que el crecimiento económico pretende aliviar la suerte de los más desfavorecidos sin tocar demasiado las rentas de los más ricos, para no enfrentarse a su reacción política. En ese sentido, el decrecimiento pasa necesariamente por una redistribución (restitución) de la riqueza.

En un mundo de recursos limitados, las cosas no pueden crecer de manera indefinida. Por eso, "la objeción al crecimiento" habla de la necesidad de compartir, el regreso de la sobriedad, en particular para aquellos que sobreconsumen. Hacemos nuestras estas palabras de Evo Morales, presidente de la República de Bolivia, que el 24 de septiembre de 2008 afirmó en la Asamblea General de las Naciones Unidas: "No es posible que tres familias tengan rentas superiores a la suma de los PIB de los 48 países más pobres (...) Estados Unidos y Europa consumen de media 8,4 veces más que la media mundial. Es necesario que bajen su nivel de consumo y reconozcan que todos somos huéspedes de una misma tierra".

Hay que acabar con la idea de que "el crecimiento es progreso" y la condición sine qua non de un desarrollo justo. El crecimiento es adornado por sus defensores con todas las virtudes, por ejemplo en materia de empleo. Sin embargo, como dijo Juan Somavia, director general de la OIT, en su informe de enero de 2007: "Diez años de fuerte crecimiento no han tenido más que un leve impacto -y sólo en un pequeño puñado de países- en la reducción del número de trabajadores que viven en la miseria junto con sus familias. Así como tampoco ha hecho nada por reducir el paro". En efecto, los beneficios empresariales han sido tan enormes que ni siquiera un crecimiento fuerte ha podido crear empleo, de ahí la persistencia del paro. La recesión agrava brutalmente este problema. Pero es ilusorio pensar que, para que todo el mundo tenga trabajo, lo que hay que hacer es restaurar el crecimiento económico y aumentar cada vez más las cantidades producidas; esta sobreproducción no tiene ningún sentido, no consigue el pleno empleo y, encima, compromete gravemente las condiciones de supervivencia del planeta.

Volvamos a Keynes, aunque no el que relanza las economías desfallecientes gracias a la intervención del Estado, sino al que escribía en sus Perspectivas económicas para nuestros nietos (1930) que sus nietos (es decir, nuestra generación) deberían liberarse de la coacción económica, trabajar 15 horas semanales y tender a una mayor solidaridad que permitiese compartir el nivel de producción ya alcanzado. No hacerlo así, según él, nos llevaría a caer en una "depresión nerviosa universal".

La filosofía del decrecimiento hoy dice que debemos trabajar menos para vivir mejor. No tener la mira puesta en el poder adquisitivo (que a menudo es engañoso y reduce al hombre a la única dimensión de consumidor), sino buscar el poder de vivir. Se trata de cambiar la actual organización de la producción y repartir mejor el trabajo: utilizar los beneficios obtenidos para que todos trabajen moderadamente y todas las personas tengan un empleo. Esta reorganización debe ir acompañada de una revisión de las escalas salariales. No es aceptable que algunos empresarios ganen varios centenares o miles de veces más el salario de sus propios trabajadores.

Reducir la cantidad de trabajo permitiría asimismo que pudiésemos llevar una vida más equilibrada, que nos realizáramos a través de cosas que no sean la sola actividad profesional: vida familiar, participación en la dinámica del barrio, vida asociativa, y también actividad política, práctica de las artes...

Un modo de vida más frugal, que se tomara en serio los valores humanistas y tuviese en cuenta la belleza, conduciría a producir menos pero con mejor calidad. Una producción de calidad pide habilidad y tiempo, y ofrecería empleos numerosos y más gratificantes. Supone no recurrir sistemáticamente a la potencia industrial (exige sobriedad energética) lo cual mejoraría la necesidad de fuerza de trabajo (como se observa al comparar la agricultura intensiva, muy mecanizada, gran consumidora de petróleo pero parca en mano de obra, con la agricultura biológica). De esta manera, quizá también se pudiese equilibrar mejor trabajo intelectual y trabajo manual, y combatir al mismo tiempo la epidemia de obesidad que padecen nuestras sociedades demasiado sedentarias.

Devolver el protagonismo a la persona, restaurar el espíritu crítico frente al modelo dominante del "cada vez más" y abrir el debate sobre nuestra forma de vivir y sus límites, saber tomarse tiempo para mantener una relación equilibrada con los demás, ése es el camino que propone la filosofía del decrecimiento. Se trata de sustituir el crecimiento estrictamente económico por un crecimiento "en humanidad". Es una tarea estimulante, un desafío que merece la pena intentar.

Nicolas Ridoux es autor de Menos es más. Introducción a la filosofía del decrecimiento (Los Libros del Lince).

Artículo de Opinión de hoy en EL PAÍS.

Tasioespecies

Protege mi vida de B-16. No me dejes solo con ellos.

viernes, 20 de marzo de 2009

El Descendimiento

¿ Para qué sirve el Parlamento Europeo ?


Tribuna de opinión publicada en elplural.com (20-marzo-2009):
http://www.elplural.com/tribuna_libre/detail.php?id=31773

Un saludo, Ángel B.: http://gomezpuerto.blogspot.com/

De multimierda a pedo incorrupto

Hoy por fin se destapa el frasco de las esencias en todo este asunto de la multimierda mezquitera. Al final la cosa era una cuestión de pasta, y el Cabildo (que to le cabe) ya ha dejado claro quién manda aquí. Yo ya sabía que Andalucía es un cortijo, pero hoy ratifico que Córdoba es peor, es un convento de clausura donde estamos atrapados todos los cordobeses, mientras vemos por televisión el espejismo de un país moderno, laico, europeo y... mentiroso. Vamos, que si esto es diálogo intercultural, yo me bajo aquí mismo.
Hoy los periódicos vienen llenos de alzacuellos: en la banca, en la real de las bellas y los nobles, en la empresa, en el turismo y en las cofradías (ahgg! me axfisio, me falta el aire), la ciudad es de ellos, no hay duda, así que es tontería bregar, y más en esta ignorante Andalucía donde las estadísticas dicen que más del 65% de los andaluces tiene problemas para acabar el mes, pero sin embargo, estamos mayoritariamente satisfechos de como vamos por el mundo (esto médicamente se llama esquizofrenia).
Sin duda la joyita hoy la aporta el Día de Córdoba en este artículo sobre la enculada que el Cabildo le ha hecho a la institución cordobesa. Me pregunto ahora para qué querrán ya la subvención, la maldita subvención.

jueves, 19 de marzo de 2009

FARMACOLOGÍA HUMANA



Lo siento Pincho, pero una vez más tengo q publicitarte ya q andas ahí abajo del todo entre los callejeros mu callaíto. Así q si tu natural modestia y talante de pasar d puntillas por la vida no te permite caer en los detalles de mostrarte, esta vez no te vas a escapar porq te he seguido el rastro y además considero q lo q escribes debe ser leído para q surta efectos oportunos, bien como lectura placentera para aquellos q sintonizamos contigo o bien para q se torne en cabreo monumental paras quienes disientan de ti y regocijo de los primeros si les llegamos a ver un asomo del berrinche.

salú y anarquía pa t@s

Sin condón no será pecado pero...

miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Qué he hecho yo para soportar esta película?

Menudo repaso da hoy Carlos Boyero en El País a la última película de Almodovar.
No tiene desperdicio, está casi a la altura de Manuel Harazem.
(Foto de Barbade)

La democracia en un taxi

En Opinión+Propuesta:
http://gomezpuerto.blogspot.com/

¿Justicia?

Al final lo consiguieron y ahora los partidos (esa mafia que ha destrozado el país) se hicieron también con el control de la Justicia. Los resultados de este asalto se verán en los próximos y dolorosos años venideros. Para muestra, la prensa de hoy ofrece un botón.
1
El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de tres años y seis meses de prisión para un hombre de 75 años al que los agentes le intervinieron casi dos gramos de cocaína que el acusado adquirió en Córdoba.
2
El fiscal-jefe, José María Martín-Caro, tampoco quiso valorar la resolución, pero calificó de "comprensible error jurídico" el cometido por el Ayuntamiento.

La polémica de Enrique Moreno "El Fenómeno"


En la revista semanal "Córdoba Gráfica" de 1934 me encontré con esta polémica creada en torno a la escultura de Eduardo Lucena, obra de Enrique Moreno. Fue atacada hasta el punto de quedar olvidada en un rincón hasta hace poco. Evidentemente no es por la calidad de la talla, quizás si peca de algo es de moderna y avanzada a su tiempo. Especialmente esclarecedor es el párrafo en el que cuenta que cuando se ha pedido opinión sobre la obra y el autor "todo el mundo ha mantenido un discreto silencio". Ya se mascaban las dos españas que nos helarían el corazón. Ya atacaban con la primera arma que entra en estos combates: El silencio, el que precede siempre a la Tormenta.

Boceto del "Fenómeno..."



Estimado Jerónimo, vaya alegría que me has dao... y me consta, que es cosa compartida por esta Taberna. También la alegría entra en Talbania, tierra natal de este "Rambleño de Montalbán", ese joven artista que no llegó a los cuarenta años, el mismo que lo fusilaron ese maldito día, el nueve de Septiembre, del treintayseis...

Gracias, Jerónimo... Pues llevo años buscando (lo que sea) alguna pista que me lleve a confirmar algunas de sus diversas obras, ya que Enrique Moreno Rodríguez fue autodidacta aprendiz de cualquier cosa, y sin duda, un maestro en todo lo que manejaba.

¡Por eso molestaba!

Ahora me tomaré un café a la salú de mi paisano y del recuerdo que tú has traído a la Taberna. Ya te digo: él nació en la calle Empedrada, 103 y el ""verde... en el 187.

Vivo en el sur de Talbania, calle De las Ocho fanegas s/n, (esquina con Escultor Enrique Moreno Rodriguez.)

PD: el café lo pago yo...

Salú...

AVE FÉNIX

Os invito a q os paseéis por el aparentemente laso e indolente blog de nuestro amigo y contabernario Pinchito y os coléis por la foto del último artículo q escribió, cual alicia en Pais Maravillas. Lo vais a flipar en colores. Al menos a mi me ha encantado.

salú pa t@s

P. D. amiga mugaisma, tome nota y al ataquerrr! >;o]

martes, 17 de marzo de 2009

El Derecho a la Vida.

Es lamentable comprobar la parquedad intelectual de la curia eclesial y sus acólitos. Su simpleza, así como la incoherencia actitudinal de sus postulantes, no debe empañar lo que todavía es peor: la pretensión de hacernos comulgar con sus postulados desde el aval con que cuentan desde su supuesta superioridad moral.

Utilizando la estrategia de la demagogia para movilizar a sus feligreses y electorados, la Conferencia Episcopal española ha puesto en marcha una campaña contra el aborto y la nueva legislación en ciernes. En actitudes análogas, aparecen en el cartel difundido por la curia, un lince con el sello de “Protegido”, al lado de un bebé, supuestamente desprotegido.

¿Por qué utiliza la jefatura de la Iglesia un reclamo tan artero, oponiendo la imagen de un niño a la salvaguarda de la naturaleza? Lo cierto es que la Iglesia apenas ha dicho nada sobre la destrucción del planeta y, cuando lo ha hecho, ha sido de modo tan simbólico como improductivo. Acaso la respuesta sea que, la Conferencia Episcopal, hace suyos los argumentos de Aznar, cuando dice que los ecologistas son los nuevos comunistas a abatir. Lo cierto es, que el papel de la Iglesia en la matanza de animales en España, ha sido siempre muy activo, bendiciendo festejos y costumbres de gravísima crueldad. Es paradójico que coincidiendo con la puesta en marcha de la campaña de la Conferencia Episcopal, se conozca la noticia de la muerte por atropello y disparos de una hembra de lince (embarazada de dos cachorros), lo que deja en evidencia, la desprotección de esta especie.

Así pues, ante este insulto a la inteligencia es necesario hacer algunas breves consideraciones:

Parece una barbaridad, que a estas alturas de la historia, la Iglesia intente dar lecciones de moralidad a nadie. Más que sermonear sobre lo que es bueno o es malo allende su organización, debería, en primer término, proteger la dignidad de la vida en intramuros. No hay más que hacer un repaso somero sobre los casos que relacionan a la iglesia con situaciones que de tan repetidas han dejado de ser un hecho aislado para convertirse en una auténtica lacra. Son muchos los millones de dólares que la iglesia ha tenido que gastarse en Estados Unidos, por poner sólo un ejemplo, para aplacar los cientos y cientos de casos de pederastia.

En el espacio de la historia de la Iglesia en relación a la defensa de la vida, no vamos a profundizar en la locura de las Cruzadas, ni en el papel de la Santa Inquisición, que como es sabido asesinó a millones de personas bajo acusación de herejía o brujería. Tampoco hablaremos del papel vergonzante de esta organización ante el holocausto nazi o la dictadura española. En cambio, sí podemos subrayar el papel que actualmente está jugando esta estructura, en la legitimación permanente del sistema económico, que ha hecho de la muerte de más de 50.000 personas diarias, una realidad normalizada para Occidente.

Es cierto que cientos, miles de personas que profesan esta religión, desarrollan un formidable trabajo comprometidas con la búsqueda de alternativas al capitalismo. Y lo hacen, precisamente, aportando ideas que relacionan vida y medio ambiente, como es el caso de uno de los padres de la Teología de la Liberación, Leonardo Boff que, como Pedro Casaldáliga, Ernesto Cardenal, etc., siguen siendo perseguidos y denostados por ello, desde dentro de la misma Iglesia.

No parece de recibo, que estos se rasguen las vestiduras por el aborto, mientras bendicen el mercado que ha hecho que los ricos sean más ricos y que los empobrecidos no tengan más futuro que la agonía. Resulta del todo pueril, no considerar la vida como una realidad global e integrada. Repugnante parece, en definitiva, que por ejemplo en un continente como el africano, se condene el uso del preservativo, mientras se extiende de modo imparable la pandemia de sida.

No se trata de oponer diferentes formas de vida, sino de crear un modelo que reconozcan la interdependencia de esas formas de vida, algo que conseguiremos alejándonos del ruido de los dogmáticos sin memoria.