
Ingeniosa creación del autor de un blog cordobés dedicado a denunciar la manipulación de masas por parte de los medios de comunicación.
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Visiones ciudadanas de Córdoba
Hay dos estilos de la política al uso que no concibo: el primero, la política como medio de vida en sus fines; y el segundo, la política como arma demagógica. Los dos casos están ampliamente experimentados y demostrados en nuestro panorama político. Me explico. En el primero, se trata de ese elemento que entra en la política premeditadamente para vivir de ella. ¿Y qué perfil tiene este individuo? También muy sencillo: una labia a prueba de falsos crecepelos y una capacidad asombrosa para trepar adulando a aquel a quien espera --maquiavelando-- arrebatarle el sitio. Por supuesto, el bosque donde estas crisálidas se hacen polillas es el de los partidos políticos. Y es en ellos donde la segunda cuestión, esto es, la política como arma demagógica contra el oponente político, permanece en demasiados casos como consigna sine qua non : lo importante no es hacer uno las cosas bien, o lo que es lo mismo, predicar con el ejemplo, sino despellejar al contrincante, aunque sea a base de falacias, para que parezca sistemáticamente más inepto que uno. Por tanto, si unimos la demagogia al pancismo y a la mamandurria política, obtenemos una especie de trepa con mala leche, que si gana unas elecciones hace suyo aquel cantar baturro de "Estoy discurriendo el modo / de vivir sin trabajar. / Lo mejor pa conseguillo / es que m´hagan concejal". Y el resto ya lo sabemos: no hay quien le quite el sillón. Desde luego, la culpa de todo esto la tenemos usted y yo, que probablemente los hemos votado, las listas cerradas que nos los imponen, los pactos bisagra y la falsa idea de que el que se dedica a la política ha ganado unas oposiciones. La política ha de ser el arte de hacer permanentes los valores y derechos fundamentales de la ciudadanía con la interinidad de los políticos. Lo demás huele a trepas perpetuos, llamados eufemísticamente funcionarios de la política.
* Publicista
Este articulo de opinión tiene buena puntería... Mucho me temo que aquí se continuará mirando para el mismo sitio, (en el limbo) y echando la culpa a la otra, u al otro, y la casa seguirá sin barrer. O quizás, peor aún: Sin preparar la escoba con la hay que empezar a barrer.
¿Llegaremos a ver algún día la casa común zaneá como "la patena..."?
ANTONIO YÉLAMO 02/03/2009
Ya lo habían anunciado. Esta semana, que se vaya preparando el Gobierno andaluz porque la oposición va a pedir dimisiones por el caso de corrupción destapado en el Ayuntamiento malagueño de Alcaucín. Consideran que ha habido pasividad o connivencia con las prácticas irregulares cometidas en este municipio. Desde la administración autonómica se parapetan en un cúmulo de actuaciones llevadas cabo en el tiempo para tratar de frenar dichas tropelías urbanísticas. En todo caso, lo mejor será dejar trabajar a la Guardia Civil, Jueces y fiscales para que se llegue al fondo del asunto. Estamos seguros de que, ni desde el ámbito de las autoridades autonómicas, ni tampoco, desde el PSOE, van a salir reproches o furibundos ataques hacia los investigadores. Eso que se encuentran de ventaja ya que si el principal apresado fuera de otro partido político seguro que el discurso hubiese sido bien distinto.
Pero, lo cierto es que han de darse explicaciones para dejar bien claro el papel de la Administración. Que los partidos de la oposición aprieten en este asunto no nos debe extrañar, están en su deber, aunque algunos sean más incoherentes de lo debido. Aquí cada palo debe aguantar lo suyo y bienvenida sea la discusión si con ello se llega a la verdad. Aún así, se echa en falta un mínimo consenso para actuar con mayor eficacia a la hora de combatir, por ejemplo, las construcciones ilegales. Y así, los mismos que ahora se escandalizan, son los que propician las manifestaciones vecinales frente a los respectivos ayuntamientos presionando para que les legalicen sus viviendas. Son, dicen tras la pancarta, familias que tienen derecho a un techo, dando por irreversible la situación y ofreciendo, en fin, un rechazo feroz a la actuación de la piqueta oficial. Pero la ley es la ley de modo que no caben paños calientes, sobre todo, si se tienen en cuenta las consecuencias que puede deparar su no cumplimiento.
Sin ir más lejos, algunos ya están en el calabozo, soñando con los billetes calentitos que dejó, chusca e infantilmente, escondidos en su colchón. El escenario, por tanto, va a ser muy similar al de otras ocasiones, pero es necesario insistir en este aspecto: aquellos que son los primeros en rasgarse las vestiduras por lo sucedido, son los que reclaman atajos, medidas blandas para dar por buena una situación a todas luces ilegal. Que se sepa y que se actúe en consecuencia sin más miramiento que el cumplimiento de la norma, cueste lo que cueste.
www.elpais.com/articulo/andalucia/Dimisiones/elpepuespand/20090302elpand_8/TesBajo el suelo de Córdoba hubo una vez petróleo. No un petróleo oro negro y untoso con el que fabricar combustible, sino un oro sólido y dorado, de sillares de piedra y mosaicos polícromos, cuya explotación y refinado hubiera proporcionado a esta ciudad una fuente de riqueza inagotable, limpia y duradera para el resto de su historia: las ruinas de su pasado. Ninguna ciudad de España, ninguna de Europa y sólo unas cuantas de África y Oriente Medio han contado con unas posibilidades de mostrar excavaciones arqueológicas de tal magnitud, importancia y de tan largo aliento histórico como Córdoba.